Ciertamente resulta paradójico y triste que millones de personas anhelen lo que no está a su alcance, mientras malgastan su tiempo sin hacer algo por crear o modificar su destino, con acciones sobre las que si tienen poder y decisión.
Este es un principio que afecta a todas las personas, tanto dentro, como fuera del mundo de los negocios. Cuando una persona no goza de Claridad y Definición de Propósito, está mucho más propensa a vivir una vida superficial y ociosa; llena de frustraciones, temores y sensaciones de vacío… y por supuesto, sin saber que hacer en una tarde de domingo.
Esto no es un secreto para nadie, sin embargo, menos del 5% de las personas preparadas saben exactamente lo que quieren de la vida y lo que darán a cambio por lo que esperan recibir, y además, lo acompañan de un plan de acciones para conseguirlo.
La gran mayoría de las personas no tiene una respuesta operativa a la pregunta ¿qué quieres o esperas de la vida? Son muchos los que “creerán” tener claro lo que quieren, pero generalmente, son puras ambigüedades. Quieren dinero, felicidad, seguridad, amor, salud, prosperidad, etc… pero cuando hablo de Claridad y Definición de Propósito, me refiero a descubrir, exactamente, el significado que estas palabras tiene para cada persona.
Por ejemplo: ¿qué significaría para ti tener dinero?, cuál sería una cantidad de dinero satisfactoria para ti y en que tiempo la tendrías?, ¿cuáles serían las emociones o el estilo de vida que te gustaría comprar o experimentar con la cantidad de dinero que, para ti, significa tener dinero?, ¿tu negocio o trabajo actual te podría permitir este estilo de vida?
Estas son el tipo de preguntas que deberías contestarte, y te invito a hacerlo. Sin embargo, debes tener mucho cuidado con un obstáculo oculto y sigiloso; el perfeccionismo.
Generalmente, cuando se comienza un proceso de autodefinición y orientación, tanto personal como profesional, ansiando definir desde un inicio y de manera perfecta y definitiva, el resultado esperado, lo más probable es que se termine con un bloqueo mental.
Comienzas a hacerte preguntas como: ¿es esto realmente lo que quiero?, ¿esto es lo que me hará sentir feliz?, etc… y al final, terminas por convencerte a ti mismo de que no es una tarea fácil, que es muy difícil definir lo que realmente quieres, y es entonces cuando, para no sentirte mal contigo mismo, decides que lo más sensato y sencillo es no complicarse la vida y dejar paso a los caprichos del día a día.
“No nos
falta valor para comenzar ciertas cosas porque sean difíciles, son difíciles
porque nos falta valor para comenzarlas”. Séneca
Me permites un consejo… SIMPLIFICA.
En un inicio, no intentes hacer los planos maestros de lo que será tu vida y/o tu negocio, porque seguramente cambiarás muchas cosas. Es como la moda; lo que hoy piensas que será lo más grande que puedes alcanzar, mañana te parecerá algo muy simple… incluso, en ocasiones te parecerá hasta ridículo.
¿No es cierto?
La claridad de propósito la irás alcanzando en la medida que evoluciones mentalmente, pero siempre debes partir desde algún lugar, con la intención de llegar a algún puerto. Es decir, tienes que comenzar el “Proceso de Cambio” de tu vida y/o tu negocio, con una idea inicial de “Dónde Estás y Hacia Dónde Vas”
Este es un punto NO NEGOCIABLE.
Probablemente, te habrás planteado en varias ocasiones llevar a cabo cambios en tu vida y tu negocio, ¿o no? Si lo has hecho, ¿realmente no crees que deberías hacer algo más que seguir pensando? Entonces… lánzate ya y hazlo, porque nadie lo hará por ti, y el tiempo sigue pasando. Nunca te permitas pensar que es demasiado difícil.
Tu tienes todas las respuestas, sólo debes sentarte a buscarlas y estas llegarán como por arte de magia.
¡¡Inténtalo y verás!!
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